Chiquito

Estoy tomándome un viernes sabático. Releo cosas, pienso en mi viejo, lo extraño. Me acuerdo de cuando vivíamos juntos, las cosas que hacíamos. Me acuerdo de las cosas que nos divertían. Sobre todo de sus comentarios que ya no volveré a transcribir porque no lo tengo tan a mano. A mi viejo no lo tengo a mano. Ahora tiene un perrito, nos mandó un mail general a todos sus hijos, dando la buena nueva e invitando a pensar un nombre. Yo le contesté que para bautizar al can primero debería verle la jeta. Después él me dijo que le había parecido bastante mala onda mi mail. Yo no tuve ánimos de ofender. El caso es que el perro es bastante lindo, pero papá no acepta así como así un nombre. Ya tiramos Papo y Blues de apellido, Pepe, César (por el encantador de perros del cual es fanático mi hermano Leo), Chuleto ó Totito (en homenaje a unos perros de un empleado que tuvo mi viejo hace muchos años), Yimi (Por Page y Hendrix y por el postrecito, para convencer a mi hermanita). Pero no hay caso. Entre nosotros le decimos Papo, sin embargo el otro día escuché que mi viejo le hablaba al perro y le decía Reyes.

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