¡Traé otro envase que vino Jeru!

Hoy tomé birrita, otra vez. Sí, como todos los días. Tomo birrita todos los días.

Creo que hace dos años que vengo tomando birra ininterrumpidamente todos los días, y no me molesta. Me encanta.

Me gusta mucho la birrita, y por suerte, en casa, hay dos trenes por día.

El primer tren de la birrita pasa a las 11:30, clavado. Todos los días, en el taller, a las 11:30 nos abrimos una birrita.

Y no cualquier birrita, eh?, Heineken, y bien fresquita. Nada de Quilmes, o Brahma, o esas porongas industriales que perdieron el espíritu de la bebida. Heineken, pura birra holandesa de la buena.

Y a las 19:00 pasa el otro tren de la birrita. Sí, todos los días, 11:30 y 19:00 tomamos ese tren. Yo digo que son aperitivos; al fin y al cabo siempre la tomamos antes de almorzar y de cenar.

Y acá en casa se come bien, eh? Hace 4 meses se fue mi vieja de casa, ella se cansó de bancarse a mi viejo, que sólo vive para la madera, y se fue a Mar del Plata a vivir sola, a disfrutar de ella y de sus amigas. Y yo, quedé de ama de casa sustituta.

Pasé mucho tiempo en la cocina con mi vieja, viéndola cocinar como toda esposa que se precie, educada como se educaban a las mujeres hace 40 años. Y cocino de lujo.

Pastel de papas, pascualina, tucos, salsas, milanesas con ajo y perejil, todas esas comidas caseras de ama de casa, mientras, me tomo una birrita.

Porque después de unos buenos vasos de fresca, la comida tiene otro sabor. Es como bajonear un buen chocolate después de un riquísimo faso: así me pone la birrita antes de comer.

Y después de comer! Porque encima trabajo en un bar, y entro a las 22:00; salgo a las 6 o7 de la mañana. Se imaginan cuantos porroncitos de Heineken me clavo por noche después de tomarme unos tiros en el baño, no?

Porque los duros toman birra, o whisky (pero todavía no me la banco para el whisky), y así estoy.

Me voy a morir tomando birrita, y quizás sea así, no estaría mal. Muchos se mueren pensando en Wall Street, o en un cáncer, o en las compras mientras los pisa un colectivo. Yo elijo morirme tomando birrita, al menos lo elijo. Así que voy a estar tomando mucha birrita, seguro la muerte me sorprende en medio de un vasito, je.

Y me peleo siempre con esos giles que me piden Quilmes. “Pero como? No tenés Quilmes? Y no! Claro que no! Si yo tomo birrita! No tomo PORONGA!

Esa cerveza de mierda, hecha con químicos, que te emborracha fácil y te caga a palos el hígado! Ni loco! No no, Fernet, birra y vino, sólo eso. Cuanto menos colores tenga el trago, mejor te cae, es así de simple. ASÍ DE SIMPLE!

La birrita es como faso en estado líquido. Todo es más lindo, incluso las minas, jeje.

Y capaz sea un alcohólico, no se, ni me interesa, mientras tenga birrita.

Encima está por llegar el verano: hermosa estación para beber y beber. Espero no terminar como esos gordos birreros con esas panzas gigantes y duras como culo de BAILANDO POR UN SUEÑO, llenas de espuma y amargor. Pero si termino así, bienvenido sea, de última, me apoyo el vaso en la panza.

Birra y amor para todos, la paz llega sola, al final.

P.D.: las negritas son para EMA, amiga de Tucson, las mejores épocas de mi vida.

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