Profundizando (sí, gerundio, me encanta!)

Dejar el alcohol y el tabaco es importante, por eso los puse en el punto número uno. Ya sé que no tiene sentido tomar un vino o una cerveza sin un cigarro que se preste a darme esa seguridad, ese raspado en la garganta, el sabor del humo mientras está pasando por mi cuerpo. Pero no, nada de ponerme poética y tonta. Porque yo bebo y fumo. Fumo y bebo con la misma frecuencia y devoción. Entonces para desterrar ambos vicios, tengo que dejar los dos a la vez, porque uno viene de la mano del otro. Estuve practicando beber poquito y no fumar, y me salió bien. El alcohol me hace mal ya. Una vez dije que me gustaría volver a ser adolescente para drogarme mucho sin preocuparme por la salud. Pero lo cierto es que no se vuelve a la adolescencia. Ahora ya estoy grande. No quiero más dolor, ni agujas infectadas, ni el cuerpo débil, ni la piel pálida, ni el garrón de saberme enferma. Por eso tengo que ser conciente. Quiero dejar el alcohol, hasta que el cigarrillo me deje a mí.

***

Ah, sí, caída del catre

Acabo de darme cuenta de que Cat Power es la ex novia de Jude Law en Blueberry Nights. Qué linda. Es de público conocimiento que me gustan las mujeres, sólo las que son interesantes y saben sonreír. Las que son lindas a su manera, no hablo de esa belleza de fábrica o de clínica privada del Dr. Ciruja (no). Se entiende. Hablo de una mujer linda cuando recién se levanta o se prepara para ir a una fiesta, de las que son inteligentes y no se aburren cuando están solas, porque la compañía de ellas mismas les basta. De haber sido hombre, hubiera tenido la mujer más hermosa, la que tuviera más onda, más sentido del humor, la más femenina. Y con un buen corazón, claro está. Mujeres sensibles al arte, al tacto, al sexo. Pero como soy mujer, tengo un hombre con muchas de esas características. Sobre todo la parte de la sonrisa y el corazón.

***