Im Perfectos

Una mole de ladrillos con una “F” sugestiva te indican que es acá. La alfombra larga y roja te separa de la calle y te acerca al submundo del Faena Hotel + Universe. Todos los recepcionistas están vestidos de negro y sonriendo te dan la bienvenida y te indican el destino incierto. Después del pasillo largo, detrás del cortinado dorado, a la derecha está el Pourple Lounge, el salón donde esta noche tocará Imperfectos, la banda de Déborah De Corral, Ezequiel Araujo y Leha Martínez. La sala no está llena, pero no importa porque tanta pompa deslumbra. No se puede fumar. Las paredes son cortinados negros, no sabés cuál es escenario hasta que te das cuenta que tu mesa está ubicada justo en frente del mismo. Se escuchan los rasgueos de la guitarra aún con el telón cerrado y Déborah que respira sobre el micrófono. Todo es tan cercano que se escuchan los susurros de la banda. Empieza el show y hay problemas de sonido, pero ella sonríe y mira a su compañero Araujo, levanta los hombros, y hace una mueca mientras sigue tocando. “Toda esa gente no ves que te miente”, empezó el pop de Imperfectos. “Estás tan pendiente de lo que dice esa gente”, canta la ex modelo y lo podés tomar como una ironía. “Bienvenidos al ensayo, loco”, dice. “Pero mirá qué lugar elegimos para ensayar, re top”, le contesta Ezequiel, le guiña un ojo y la mira maravillado, pero ella ni se inmuta y se para frente al micrófono con las piernas separadas lista para el próximo tema. “¿Qué onda? ¿Qué hacemos? Yo no sé qué hacer”, dice mirando al resto, hasta que Mauro, el bajista, propone un cover de Iggy Pop. Imperfectos no proyecta una búsqueda musical, como dice Araujo: “Queremos descubrir nuestra personalidad como grupo y llevarlo lo más lejos posible”. Tampoco se plantean el escenario que los tiene como anfitriones: “Tocar acá es igual que en cualquier otro lado, sólo que suena mejor que la mayoría de los lugares”, comenta ella. Lo cierto es que el hotel de Alan Faena se está convirtiendo de a poco en un espacio cultural en el que producen y ofrecen shows de tango y flamenco, hasta rock. Claro que no es lo mismo ir a ver a Willy Crook al Purple Lounge tomando una copa de champán por 40 pesos, que verlo de casualidad tocar en la playa con Los Funky Torinos.
Imperfectos ya terminó su set. La voz oficial del hotel dice que nunca hubo desmanes en los shows de rock porque suelen ser muy íntimos. Los plomos desarman a telón cerrado y todos se dirigen al Living a tomar una copa mientras regalan sonrisas y abrazos. Los familiares felicitan a la banda y la abuela de la ex modelo no para elogiarla. Comenta lo bien que está cantando su nieta. Es cierto que está cantando bien. Tenés la opción de entrar al Living a beber, pero no querés ni pensar cuánto te sale una cerveza, entonces desandás la alfombra roja que te escupe a la calle y te devuelve a la realidad. Qué iluso Raúl Castells si pensaba que iba a poder llevar a cabo su comedor de tortas fritas y mate cocido en este barrio. Por suerte sólo fue un susto y todo funciona espléndidamente en Puerto Madero.