Que la fuerza te acompañe

I.
y el avión carreteará por la pista
mientras alguien agita los brazos
la orientación magnética
se manifestará en círculos,
seremos
parte del aire, como la canción.
te dejo del lado de la ventanilla,
allá el cielo, allá el descanso,
el Padre Sol nuestro,
la Madre Sal nuestra.

II.
¡y a volar!
la misma sensación de montaña rusa
del fin de mi mundo cuando 
el miedo me perfora la panza
pero esta vez no volaré sola
y no estaré yendo a trabajar
no habrá mar de otro país,
ni saltos de agua violentos
en cambio habrá votos y poesía
frente al mundo sureño donde
se engendran los bebés
y las ballenas vienen por lo mismo,
habrá un vestido blanco en sintonía
con tu frac de bambula, chico gurú.
lo siento por los amigos
se pierden la ceremonia,
ellos, testigos fieles
del amor de la procesión
que fue por dentro y fue karma;
ellos, que vieron y apostaron
una lotería imaginaria,
números en forma de vibración
y la fuerza nos acompañó.

III.
más da una vez soñé
que piloteaba un avión
e iba al ras de las autopistas
éramos iguales con los autos
el parque se veía verde y fragante
ninguna mole de cemento
entorpecía la visual donde planeaba
por la 25 de mayo bajito, rasante,
y hoy me ilusiona pensar
que en unos días
no seré yo el piloto de mis sueños
pero sí tu compañera bebiendo
en luna de miel de tus pies
sumergidos en agua salada,
caminan tus pasos sensibles hacia mí.
desde la ventana se ve el mar
y a la noche caminaremos
como los aviones que ganan el espacio,
caminaremos en viaje astral
burlando la locomoción de las piernas
que hace un rato fueron maraña
excitante e irresuelta, y los ojos
fueron flechas privadas, mi pelo,
tu voz, mis manos, tu olor,
esta piel viscosa única y amante
como dos estrellas que eclosionan
en diciembre de 2012 y no queda nada.
así
la fuerza, mi amor, nos acompaña

y es siempre parte del aire.