My sunday feeling

El sol hoy no cae, porq no hay sol, ni hubo en todo el día. Hoy es un día grandioso, gris. Igual que ayer. La noche de lluvia fue lo más, lo más. Adoro la alegría de la melancolía. Encima cuando me desperté no había luz en toda la manzana. Fue la excusa ideal para quedarnos un rato más en la cama. La ducha en la tiniebla del baño me sentó bien. Después sin escalas volví a caer en la cama. No saber la hora ni ver el sol por la ventana me alentó a un desayuno por Santa Fe. Hace frío. Es decir, no hace frío, pero teniendo en cuenta el punto en el calendario, hace frío. Me gusta cuando en verano tengo que ponerme un saquito o zapatillas. Porque, desoyendo los mandatos de un compañero del diario que dice que no debería usar ojotas para cualquier ocasión, en verano yo uso siempre ojotas. En cambio hoy me puse unas chatitas negras de charol. No sé como se le llaman a ese tipo de zapatos. Creo que así, que son chatitas. Pero me sentí linda sabiendo que era verano, que no había luz y que el pelo se secó en la segunda fiaca de la cama. Ahora se está por terminar el domingo. Todavía hay luz natural afuera. La luz vino cuando nosotros estábamos desayunando por Santa Fe. Quisiera que el día durara un poco más. Tengo notas que editar y otras que desgrabar. El tiempo que pasé en la cama fue excesivo, pero volvería a desperdiciarlo allí de nuevo. Creo que vendrían bien unos mates, ahora, en un ratito, mientras una nota toma forma y él se cuelga a tocar la guitarra con todo su set de pedaleras y botones.

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