Para mí que estoy tan solo...

Nunca supe muy bien por qué me gusta tanto estar entre músicos. ¿Será que soy una eterna enamorada de la música, de los hombres sensibles que tienen el don de bajar los sonidos del mundo a la realidad? Las melodías, los hombres, el rock. La noche y todos sus componentes. La noche y los hombres. ¿Qué es lo que me atrae tanto? Me gustaba verlos como disfrutaban en el escenario y los imaginaba con esos movimientos puertas adentro. Me imaginaba cómo serían en la mesa de un bar tomando mil tragos, conversando hasta quedar totalmente borrachos. En ese momento entraba la groupie en acción y los tomaba por asalto hasta que algo les robaba. Una especie de viuda negra pero más inocente. Me pregunto también cuándo será el momento de quedarme con uno solo, no sé si para siempre, pero con uno solo. Cuándo será el momento de que esta groupie sea la musa de un solo músico y se quede en su casa, a la sombra de todas las cosas. No sé si toda la vida seré así. Ciega entre escenarios y barras. Todavía quedan muchas historias de ayer, pero siento que este personaje está cumpliendo la mayoría de edad, con algo de delay, pero la mayoría de edad al fin. Ahora sólo tengo que recostarme y hacer memoria para recordar otra historia de amor efímero, como las que me gustaba vivir.


Dando vueltas al obelisco...
Necesito un amor...

Nada más que un amor!
La vida por la calle se va.

(Manal)