Ahora es cuando escribo,
con la libertad delante de mí,
con la sombra de la confianza,
en un jardín inmenso donde
no veo más que la naturaleza de mi cuerpo
y de todos los cuerpos que forman
una masa análoga en el infinito.
Son los seres que veo
y los que mi ojo no percibe.
Ahora es cuando escribo,
porque me tomé el permiso
de tener insomnio a las 8 de la noche.
Y trasnochar es la mayor libertad
de estar sola conmigo,
con vos y el edificio durmiendo,
nadie que me vea, nadie escucha.
Y pongo la música a todo lo que da.
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