Todos miran el macro mundo con el cuidado de la culpa.
La duda y la conciencia nos diferencian de los animales.
Las larvas no existen.
Solo en el micro mundo puedo dejar
de pensar y no ser culpable
del ozono oscuro que cubre el todo.
Porque yo soy igual a vos,
soy la enfermedad y no la cura.
Infinito punto rojo,
hasta las estrellas y más allá,
soy una bacteria que no quiere saber
de la noche negra, del fin de los ciclos,
del volumen de mi daño ni del tuyo.
Ser conciente es identificar la muerte,
como si morir fuera lo mejor que conocemos.
Y no hay más sorpresas porque hace rato
estoy en este mal sueño y cuando despierto
sigo en la pesadilla que confunde y no asombra.
Escribir un poema dentro de la mesa
de los papeles mal escritos
me vuelve una desertora del amor.
Pero nadie va a venir a buscarme.
***
Comentarios