Perdida en el pajar

Agüero 2117 no existe. Toco timbre en vano. La vereda está sucia y pareciera que ahí no funciona un laboratorio. El mal humor acentuado por el hambre del ayuno me hace ver horrible. El pelo mojado, el frío que lo seca, las ojeras a la vista. La palabra Juncal se corporiza en algún lugar de mi radio visual y de mi cerebro. Juncal, digo. Por acá había otro laboratorio, y sigo mi instinto. Camino dos cuadras hasta Juncal, llego a la esquina por Agüero y miro para los dos lados. ¿Derecha o izquierda? Bendita fuckin memoria visual. Voy a hacer valer mi ayuno. Juncal 2800, 2900, 3000. Estoy segura que era después de Coronel Díaz. Camino y veo la curvita milagrosa. Todavía con el frasco de orina encima, y rozando las 11, aterrizo en el lugar adecuado. Tal vez por el miedo al resultado y no a la aguja, es que hoy me perdí camino al laboratorio.

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Comentarios

peyote dijo…
perderse es una aventura sin par.
Saludo.
||descascarado dijo…
uf y justo cunado lo que mas querer es terminar y desayunar para arrancar definitivamente....
adrián dijo…
buen día.
técnicamente: la bombacha de loli. la llevo jajajaa.
nos encotramos en la palabra, paz y amor