No me olvido del viernes. Es que recién hoy lunes me siento a escribir para hablar del concierto que vimos en el Pepsi. Después de sortear a los trapitos que te querían cobrar veinte pesos para estacionar en las inmediaciones del Club Ciudad y dar vueltas media hora hasta llegar a un paraje oscuro en Ruiz Huidobro y Libertador, caminamos esas cinco o seis cuadras de distancia comiendo unas papas fritas. Llegamos al predio y el festival era un shopping al aire libre con stands y sillones, y bandas que tocaban a metros de distancia entre sí con el sonido que se pisaba entre ellas. Como fue escuchar la Gran Martell, a cargo de Jorge Araujo, y a al lado un grupo de tambores hacía ruido e impedía la precisa escucha del tractor. Pasamos por el stand del No y les mostré a los chicos mi tapa colgada a todo color en la carpa. Quise sacarme una foto pero me dio vergüenza. Le tengo mucho aprecio al trabajo que hago en el No. Entonces me puse re densa, “vamos que acá es todo re puntual”, y nos fuimos rapidito al escenario principal. Del otro lado estaba la banda de Gillespi y justo enganchamos un solo del violero que la rompió. Nos llamó la atención, pero nunca supimos quién era ese guitarrista. Así que nos ubicamos en un lugar estratégico donde los chicos veían el escenario pero yo no. “No te preocupes, amor”, le dije a Seba, “vaya a donde vaya, no voy a ver. Estoy acostumbrada a ver sólo las pantallas”. Creo que él se compadeció de mi estatura pero no había más remedio. Apenas salió la banda al escenario, me di cuenta de qué clase de gente había en el público. Sólo para locos y fanáticos de una banda de rock-jazz-latino-funk bien tocado cero popular pero muy talentosa. So much to say fue el primer tema y la guitarra sacando el primer acorde derrumbó el prejuicio de la bandita pop. Al segundo tema, el sonido falló y se apagó todo, hasta las pantallas, durante al menos ocho minutos. Así que, según me contaron, el baterista, Carter Beauford, seguía tocando y sonriendo, tal fue su impronta en toda la noche. Solucionado el problema del sonido y luego de que Matthews caminara por la pasarela saludando al público, siguieron con la lista de temas durante dos horas. Para hablar del show hay que hablar de cada uno de los integrantes de la banda: virtuosos todos. Cuando salió el trompetista al escenario, Seba se tomó el trabajo de alzarme para que lo viera. Era una masa oscura petrificada en el escenario, que hacía parecer de juguete su instrumento. El saxofonista, Jeff Coffin, ex Bela Fleck and The Flecktons, estaba en reemplazo de LeRoi Moore, muerto hace un mes y medio en un accidente. El guitarrista, de implacable pólar cerrado hasta el cuello, se adivinaba clásico metalero, por la calidad de los solos. En el último terminó dándole con la boca a las cuerdas, y me hizo acordar al de Escalera al cielo, un duro in crescendo marca registrada. El violinista, un negro de rastas y gafas negras, tiraba esos toques propios de las montañas, de los estados yanquis y esas películas del lejano oeste. También tocaba con la mano el violín, siempre inmutable, pero visiblemente rockero. Sin embargo, el que se llevó todos los premios fue el baterista, sin duda, “Olé olé olé olé, Carter, Carter”, se coreaba futboleramente en el Ciudad. Los solos, los juegos a los que sometía a sus compañeros de banda, hacía de las canciones grandes zapadas de jazz. Prolijas, justas, pequeñas y de un fabuloso gusto. Y bueno, Dave Matthews, que después de verlo en la nueva de Adam Sandler y su personaje en Dr. House, no me quedó lugar para sospechas de que era un tipo con onda. Además de su toque claro, sus punteos en la acústica y su voz (¡qué bien que canta!), que le dejaba lugar a todos en la banda que lleva su nombre.
Otra muestra de que no paramos de hablar del show del viernes:
Cristian dice:
que haces ju
Cristian dice:
no me llego nunca tu mensaje
Cristian dice:
ni sabia que habias ido
ju dice:
no?
ju dice:
te puse, antes de los bises "mas o menos dave, no?"
ju dice:
y me habian partido la cabeza
ju dice:
ahi escribi algo en el blog
Cristian dice:
si si
Cristian dice:
lo acabo de leer
Cristian dice:
muy bien querida
Cristian dice:
fue increible
ju dice:
mal!
ju dice:
muy grosso
ju dice:
no paramos de hablar de ese show
Cristian dice:
yo gillespi no lo vi
Cristian dice:
me fui adelante cual fan
ju dice:
perfecto!
Cristian dice:
y estuve todo el show ahi
Cristian dice:
perdi mi billetera
Cristian dice:
pero no importa
ju dice:
noo
ju dice:
bue, mejor entonces
ju dice:
bueno, si venís esta noche, tengo disquitos de dave
Cristian dice:
si si voy.. igual tengo aca la disco completa..
Cristian dice:
a menos que tengas algo rarito..
ju dice:
jaj naa
Cristian dice:
pero los pinchamos
ju dice:
obvio
ju dice:
q grosso, dios
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Comentarios
cooooooooo-ca cooooooolaaa
coooooooo-ca coooolaaaaa
Ayer a la noche también escribí algo en mi blog sobre el Pepsi, no podía dejar de hacerlo porque realmente me salvó el finde el papurri Dave que sigue escalando posiciones en mi ranking de papurris musicales.
Un saludazo, Julia!
y no viste a fito?! yo que nunca lo vi en vivo, me puse contenta, canto muchos hits viejos. emme fue la peor corista ever.
y nos fuimos antes de dave...no me entusiasmó, tenía hambre, estaba reloca y no tenía ganas de salir con la manada. aunque comparto que eran todos MUY virtuosos. vale destacar el traje del violinista, tornasol a morir.
te mando un beeso gigaaante!
te mando un beso
saluditos
Gc: Muchas gracias, me alegro que te guste. Saluditos, pues.