Me dice “¡Bien, Julia!”, por una buena noticia que le doy, y se pone a saltar festejando, saltamos juntas abrazadas. Me contagia el poder de Soldán. Le digo “ésta no es manera de vivir, yo no puedo seguir viviendo así”. “Vos no podés seguir viviendo así”, me dice ella, “vas de un hombre a otro, sos hija, mujer, madre, te das cuenta?”. Me doy cuenta y me como los mocos. Escuchamos la llave. “Es él”, le digo “Ella es mi madre, él es mi padre, ¿se conocen’” y los dos se miran y sonríen. Eso fue mérito mío, sonrío yo también. Él pregunta si estamos tilingueando, le decimos que sí, tomamos dos mates más y nos vamos. Bajo a abrirle, porque la vinieron a buscar. “Estoy horrible, ma”, le digo mirándome en el espejo del ascensor. “Estás descuidada”, me dice ella, “no estás maquillada ni bien vestida”. Me pregunto cuándo necesité maquillaje o bien vestidos. Planta baja. Ella da esos pasitos agudos en sus botas de tacones, me da un beso y un abrazo apurado. Le abro y me quedo de nuevo sola.
Comentarios
vos sos linda sin make up, y opinarán los hombres que sin vestido más aun... =oP
bueno, el jueves salimos, querida, y nos emperifollamos todas como damas que somos para disfrutar la velada.
beso
Ema, nosotros siempre nos queremos. Al final siempre hay amor. Besos! También te veo el jueves!! Qué suerte que tengo!
PD: me reí mucho con lo del piropeador compulsivo y pensé lo mismo que Tomás, aunque quizá tenga razón. El piropeador digo, ya me perdí.