Sin identidad

Quisiera llamar a mi documento, como cuando pierdo el celular y me llamo, y con mi fabulosa audición de sorda, lo voy rastreando. Es una pena que no existan esas cosas para algunas cosas que de verdad no querrías perder nunca. Como el documento. Lo busco, lo busco, pero nada. Estoy segura que está debajo de alguna pila de papeles, desgrabaciones, o adentro de algún libro que dejé tirado por ahí. En alguna cartera. No sé. Estoy desahuciada. Le pregunté a mi madre, a mis amigos y hermanos si lo olvidé en sus casas. Pero no. Hasta busqué debajo del escritorio de la compu. Lo único que había era esa pelusa que se junta por no barrer. Me niego a hacerme un documento nuevo. Tiene que aparecer, tengo el presentimiento. Cada vez pienso más en él. No puedo creer cómo un fuckin documento consume así mis pensamientos. Encima era quintu sextu deciplicado el hijo de puta. Lo seguía muy de cerca porque odio hacer estos trámites, por eso pienso que no pude haberlo perdido, tiene que estar muy bien guardado. Como cuando guardo algo valioso, una factura o un papel que pienso, me serviría, me mando un mail con el asunto "La garantía de la compu está guardada en el libro de la selección de Cortázar que me regaló Seba en el año equis". Por ejemplo. Tengo una carpeta especial para estos mails salvadores. Me llama la atención que no me haya mandado un mail con la guarida secreta del documento. Entonces puede ser que lo haya perdido. Pero es que no me resigno.

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