Promesas sobre el bidet

había dicho 
en la madrugada,
me había prometido 
hablaba para mis adentros, 
después de que algún ruido
de algún murciélago o fantasma
se interpusiera en mi sueño,
cuando nada de la luz del día
nace en las rayas de la persiana,
me había dicho 
en la confusión de la duermevela
que hoy iba a valer, 
le puse un precio al día 
le puse expectativas 
y un moño blanco
hice promesas de amante;
pero nada,
el día se sentó a morir.
nadie me escucha
hablar con mi estrella,
estaría repartiendo explicaciones 
metafísicas
creciendo la culpa en el querosén 
de todas las cosas 
que se quedan 
en el cofre inviolable 
de mi certeza. 


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