#18A

Dos ojazos verdes por el espejo retrovisor preguntan a la vez que distraen mis ampulosos pensamientos al recorrer un trayecto de Boedo iluminado: 

- ¿Estuviste en la marcha?
- No -  le digo, seca. - ¿Por qué? ¿Parece que vengo de la marcha?

El tachero responde que tal vez justo había salido de trabajar y había pasado caminando. 

- No, no - insistí, y para que no quedaran dudas, le dije que venía de leer poesía en un bar. 

La poesía, sabemos, nada tiene que ver con el facismo.

Comentarios

Manuel Lunari dijo…
Que linda respuesta! y que buen provecho venir de leer poesia
Anónimo dijo…
Marinetti y D'Annunzio podrían contradecirte...

Julia dijo…
Acepto la diversidad de pensamientos, querido Anónimo, no me paralizan las contradicciones, yo misma los contradigo. Saludos.
marinetti dijo…
Abrazarte



Cuando me dijeron que te habías marchado
Adonde no se vuelve
Lo primero que lamenté fue no haberte abrazado más veces
Muchas más
Muchas más veces muchas más
La muerte te llevó y me dejó
Tan solo
Tan solo
Tan muerto yo también
Es curioso,
Cuando se pierde alguien del círculo de poder
Que nos-ata-a-la vida,
Ese redondel donde sólo caben cuatro,
Ese redondel,
Nos atacan reproches (vanos)
Alegrías
Del teatro
Que es guarida
Para hermanos
Y una pena pena que no cabe dentro
De uno
Y una pena pena que nos ahoga
Es curioso,
Cuando tu vida se transforma en antes y después de,
Por fuera pareces el mismo
Por dentro te partes en dos
Y una de ellas
Y una de ellas
Se esconde dormida en tu pecho
En tu pecho
Como lecho
Y es para siempre jamás
No va más
En la vida
Querida
La vida
Qué tristeza no poder
Envejecer
Contigo.