El verano aun

hola, langosta, sos la misma
que apareció ayer tras
la cortina con olor a ala
venías verde, ciega de luz,
y quedaste sobre el mantel
con olor a muñecas;
posate en mi espalda ahora,
langosta,
saltá los montes esta vez
reproducite y sé plaga,
por mí vas a vivir,
cantá en mi casa,
saltá en mi casa
con tus delgadas
y tibias plegadas patas
devolveme campo y verano
y también devolveme
el tiempo de las ninfas
para que mi cuerpo de mujer
estalle y sea gracia al fin.


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