Última madrugada de soltera

cada seis horas sube la marea
se retira el agua se refugia 
en el hogar de las ballenas,
fuera del golfo donde sigue siendo lejos,
con o sin crecida,
donde nunca llegaremos de a pie.
es la última madrugada de soltera 
la primera madrugada
del mar con el sol a mi derecha 
de los últimos treinta y cuatro años.
en un lugar pleno de ventanas
el viento es un baldazo de realidad,
las boyas siguen quietas,
las algas sufren el abandono del agua,
mueren en la orilla y ningun pie las adopta.
suena el mató en la última madrugada de soltera 
donde cada cosa de la mesa es reflejo del mar:
la estrella cubana que resuena en tu cabeza
dermaglos solar, las cartas, patrichs for men,
hemingway y dickens (mirá que sos clásico),
tu estuche vacío, el cinto de tachas,
una bolsa que supo trasladar conitos,
el caracol que me diste el primer día,
las golosinas que resistieron los 
once mil pies de altura, un adaptador.
estás acostado en el cuarto siguiente
mientras vivo despierta 
mi última madrugada de soltera
y pienso sorprenderte,
entrar al cuarto como un gato y
hacer lo que más te gusta en las mañanas
para no defraudar los votos que me dirás
los votos que nos diremos
en el mar con el sol a mi izquierda,
con el viento cayendo en mi cabeza
de ideas nuevas, donde las algas
seguirán solas y secas, el agua por primera vez
será transparente y seremos un único ser,
blanco y acuático.

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