La luz buena

No veo nada,
sólo un beso de despedida
de hasta mañana
de que sueñes con los angelitos
gracias igualmente
y mi mentón irrumpe en tu almohada.
Nada veo,
sólo que los besos se reproducen
como los conejitos que saltan
por la ventana de alguna señorita parisina
y son chiquitos así como los conejos
que entran en la boca,
sutiles y de a uno
porque son besos de despedida, de chau,
que sueñes, que descanses,
y de repente la boca
es una sudestada tan grande
que me va comiendo  llenando de agua
crece el río, crecen los besos
y no voy a volver a mi almohada
porque este lado está bien,
de este lado estás vos.
No veo nada
porque la luz está apagada
y lo último que vimos fueron noticias
como balas del fin del mundo
pero estamos acá
y no hay nada más que oscuridad
y besos
y cuerpos que empiezan a ser uno.
Te veo a vos, te veo a vos,
te veo a vos y la luz está apagada,
es una luz buena,
vientos fríos de la sudestada
golpean mi costanera
y atenta al alerta que lanzaron las noticias,
me rindo,
me ahogo y quedo a merced de tu vaivén.

Comentarios

Hoy descubrí tu blog... un nuevo mundo.
¡¡Me encantó!!. ¡¡Felicitaciones!!
Patricia dijo…
De como Jul, consiguió que la
sudestada, se convirtiera en
calma al fin.....