Marina

Pasamos tardes boqueando,
hasta el cuello
con las leyes de la filosofía,
no lográbamos desentrañar
el por qué del desamor.
- Por qué no quiere ser mi novio -,
llorábamos en los bares y cantinas,
si somos lindas,
jóvenes e inteligentes.
Fueron dos veranos caminando,
polleras y gafas de colores;
limonadas y palta en Almagro,
allá arriba en tu piso 13
o en la Boutique del libro
coincidiendo críticas
a la Inrockuptibles.
Hasta que él te quiso
y se fueron a Brasil
y yo me fui con otro,
entonces él me quiso
y me mudé a su casa.
No entendíamos
que el amor no cuesta,
algo que ahora sí entiendo,
yo no sé qué cosas
te habrás ido pensando.
Página en blanco
y nadie que me habla en el chat.
Página en blanco
para tu amor en Nueva York
una noche fría de lectura.
¿Cómo la estarías narrando ahora?
De cualquier forma porque
- como te decía -,
Marina te saca
un cuento de la galera.
Mojitos en Niceto,
cerveza en el piso 13
y una gata negra que no me quería
arañando a Murakami
y todo sigue sin un punto
porque no sé qué final darle.

***

Comentarios

Makuni dijo…
desentrañar el amor hasta el final
jose dijo…
La lloré un poquito desde la bici el otro día y le mandé un beso
Julia dijo…
Muy triste, cumpa.