Esa noche & Ray Bradbury

Dos duraznos a la hora de la siesta,
link urgente a Farenheit
y esta triste realidad
me tatúa la cara.
Estamos digitados a tomar el té,
a tomar cualquier cosa
que querramos tomar
cuya jurisprudencia esté dentro de la Tierra.
Todo. Se adueñaron de Todo,
nosotrxs incluidxs.
Dos duraznos que agarro
con mis manos sucias
que luego limpio
y me pongo a escribir
y se cruza como un fogonazo
la noche que tomé
una docena de fernets
y vos estabas en el bar
tocando la guitarra con un par más,
sentados sobre las mesas.
Vi que se venían las guitarras
y me acerqué al fogón
con mi vaso número cinco
con mi amiga que me regalaba el fernet.
Esa noche yo era un indigente
pero son lindas esas noches
donde te tirás a la ruleta
y cualquiera elige menos vos.
La aventura de no tener nada en el bolsillo,
ser una escuálida, un barrilete,
y la certeza de que todo arde
con los guardianes de Farenheit
espiando detrás de los árboles y las persianas.
Tocaban temas de los Beatles y de los Stones.
Eras vos, ahora te veo:
camisa a cuadros y una criolla
en una noche de invierno.
Medito una regresión y aparezco en el bar:
te veo triste y solo,
las mesas vacías
y todo lo que adornaba la borrachera
era los temas que tocabas
y una mueca solapada
me lleva a la ingenuidad de ese presente,
con el futuro tocando la guitarra delante mío,
mientras se quemaba de tristeza.

***

Comentarios

Unknown dijo…
La imagen esa de quemar la tristeza con la música, pucha...
Cordialmente,
Yo.