Cuando el amor romántico

¿Quién te dice que mañana
no me enamore de otro
y el año que viene
tengamos un hijo?
Tal vez se cumpla mi sueño
de vivir en el sur
como conejos,
hechos bolitas,
y bastidores
y cuadernos.

Tal vez,
en una tarde fresca de verano
me cruce al amor de mi vida
y me pida que le hable de mí.
Entonces
yo le cuento cosas
y los dos nos miramos ansiosos
y nos vamos de la mano,
sin saber nuestros nombres.
Un poeta y yo
mirando los espejos del techo
riendo e imaginando una vida juntos.

En el sur.

Ventanas que dan al cerro
pero antes al lago
para espiar
para imaginar
y escribir
y olernos
y después,
engendrar.

Nadie sabe si mañana yo salgo
- como cualquier otro día -
a tomar el 140 o el 106,
y escucho lo que me dicen
los ojos de ése
que siempre me habla en la calle.
Y descubra
que sus ojos son de fuego
y justo justo
yo tenga uno de esos días
en los que quiero que me quieran.

Quién te dice,
todo puede pasar,
si abro la puerta
de mi casa vacía
para llenarla
de energía sexual.

Octubre de 2009

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