La arquitectura del amor

Y estaré en las paredes,

en los marcos de las ventanas,

en la noche que escuchamos la radio,

en el gotero de las flores de Bach

que usaste para manchar el agua y pintar.

Las paredes tienen mis manos,

mis gustos,

un blanco que será un color.

Mis fotos te llegan por correo

y cómo vas a hacer para no recibirlo.

Estoy en las recetas,

en tu gusto,

en la cocina por donde

corrió la rata a esconderse,

en las cortinas que lavé y colgué chuecas.

Las baldosas del baño son mi alergia,

los monitores que vi llegar,

el llavero de los Cubrepileta,

la actividad en el cuarto

y preparar la música,

tu papel higiénico,

las tazas percudidas,

el parqué pulido,

la siesta con mi pierna

inmovilizando tu cadera,

siestas cronometradas de domingo

que sellan el tic tac

de la arquitectura del amor,

endeble en este siglo,

donde nada se sostiene

sin cuatro manos de vigas.

***

Comentarios

Anónimo dijo…
se nota q extrañas a juan
Julia dijo…
Por qué firmás como Anónimo si nos conocemos? Esto fue escrito hace mucho. Un saludo.
juan dijo…
y sí. justo un mes después lo leí, el delay de los libros ajenos.