Las amigas

Ceso siempre me hizo buenos regalos de cumpleaños. Encontré éste "de casualidad", recibido hace cuatro años, y me emocioné.

Puedo escribir los versos más lindos esta noche.
Escribir, por ejemplo: “Bien luces los vestidos,
y vuelan tus zapatos, y alegra tu flequillo”.

Tu sonrisa se acerca y el alma se me calma.

Puedo escribir los versos más lindos esta noche.
Yo te quiero, y tú también me quieres.

En las noches como ésta fumamos con destreza.
¡Bebimos las cervezas bajo el cielo infinito!

Ella me quiere, y yo también la quiero.
¡Cómo no amar sus grandes ojos fijos!

Puedo escribir los versos más lindos esta noche.
Pensar que es mi amiga. Sentir que no he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa con ella.
Y el verso cae al alma como vinilo al disco.

Qué importa que el amor no pudiera guardarnos.
La noche está estrellada y ella duerme sin frío.

Eso es todo. A lo lejos Buzzcocks cantó. A lo lejos.
Mi alma se contenta con haberlo contigo compartido.

Como para acercarla la llamo por teléfono.
Digo feliz cumpleaños y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotras, las de entonces, ya no somos las mismas.

Pero igual te quiero, es cierto, y cuánto ya te quise!
Mi voz no busca el teléfono pero escribe a tu oído.

De otro. No será con otro como lo es conmigo.
Su voz, su cuerpo pequeño, sus (y mis) vestidos.

Aún la quiero, es cierto, la quiero demasiado.
Es tan sincera la amistad, y es tan largo el domingo.

Porque en fines de semana como el anterior, charlamos y brindamos,
mi alma se contenta con eso que deseamos.

Aunque éste no sea el último dolor que compartimos,
y estos no sean los últimos versos que te escribo.

***

Comentarios

Anónimo dijo…
Pues sí, es cierto que es un regalazo... yo lo tendría bien a la vista, para toparme todos los días con él.
Unknown dijo…
Julia, wow.
Conmovedor.
que masa, ceso!