Hice una promesa


Prometí para cuando vuelvas,
dejar de escuchar a Bomba Estereo,
que es mi disco de cabecera,
como hace tiempo no tenía
un disco de cabecera.
Así volveré a acostumbrarme
al sonido de tus cables,
de tu dislexia, de tus series,
de tus fideos siempre con tuco.
También prometí comer más porque
no estaré ansiosa y fumaré menos,
el vicio que me encanta cuando
la tranquilidad, por más que quiera,
no supera la paliza.
Si volvés, ya la pena se habrá ido
por este balcón en el que encierro
a un gato que me ataca por atrás
y me clava sus únicos dos dientes,
unos colmillos de Drácula
que lo convierten en la mala semilla.
Para cuando vuelvas,
prometí dejar de escuchar a Bomba Estereo
y eso quiere decir calles sin ritmo y sin apuro.
Elijo los nuevos ritmos,
los de la confianza de una ex
que espera y promete
y pregunta al I Ching cuándo vas a volver.
Todos los días pregunto
y me entretengo con películas francesas,
poesía de la calle
y más bares que cenas.
Prometo también comprarme una remera
con un corazón rojo para mostrártelo
cada vez que me equivoque,
y que lo veas bien,
porque no estoy exenta,
porque soy humana,
como lo son la mayoría en esta viña.
Y el miedo llega cuando veo la meta
y la cabeza es más traicionera
que este Drácula de cuatro patas
que aguarda sin partir y siempre espera.
Prometí para cuando vuelvas,
ser una mujer de las buenas,
que te sepa coger,
que te sepa esperar
y cocinar y recibir
y sonreír a tus amigos y a tu papá.
Por eso prestá atención: volvé,
y sé consciente de mi promesa,
que un disco de cabecera
no se abandona todos los días.
***

Comentarios

A! dijo…
uf. me re pegó.
y eso q no soy minita.
Julia dijo…
No hay que ser minita, Aug! Es más, creo que una pequeña parte de tu sensibilidad es femenina. ;)
More Gemma dijo…
¿volvió?