Apago la luz y lo último
que veo es la cama y a vos.
Empezamos a hablar.
Imaginamos el cielo
y en un segundo estamos copulando
como los caballos empalmados
de aquella vez en la pared.
El movimiento es pausado,
el viento lo lleva.
Los caballos se entregan.
Todo está oscuro.
Vos me hablás despacio al oído.
Vamos a tener una casa en El Chaltén,
niños rubios corriendo por ahí.
Toda tu suavidad es mía
y ya no siento el cuerpo.
Vos no estás encima mío.
Vos sos yo.
La oscuridad es total.
Hay algo más que el cuerpo y somos uno.
Tu carne evoluciona en mí.
El tren, el matorral, el costado
de la vía y mi pollera larga.
Tu cara buscando mis ojos,
mi sonrisa que está muerta.
La farmacia, el Evatest, los caballos,
El Chaltén, la marcha al Congreso.
Somos luces.
Vos me cuidás,
acá estoy, me decís.
Prendés la luz y te mostrás.
Vuelve la materia a tu cuerpo.
Nuestro sueño de campo se va al techo.
Y la luz sigue siendo tu cara.
que veo es la cama y a vos.
Empezamos a hablar.
Imaginamos el cielo
y en un segundo estamos copulando
como los caballos empalmados
de aquella vez en la pared.
El movimiento es pausado,
el viento lo lleva.
Los caballos se entregan.
Todo está oscuro.
Vos me hablás despacio al oído.
Vamos a tener una casa en El Chaltén,
niños rubios corriendo por ahí.
Toda tu suavidad es mía
y ya no siento el cuerpo.
Vos no estás encima mío.
Vos sos yo.
La oscuridad es total.
Hay algo más que el cuerpo y somos uno.
Tu carne evoluciona en mí.
El tren, el matorral, el costado
de la vía y mi pollera larga.
Tu cara buscando mis ojos,
mi sonrisa que está muerta.
La farmacia, el Evatest, los caballos,
El Chaltén, la marcha al Congreso.
Somos luces.
Vos me cuidás,
acá estoy, me decís.
Prendés la luz y te mostrás.
Vuelve la materia a tu cuerpo.
Nuestro sueño de campo se va al techo.
Y la luz sigue siendo tu cara.
Escrito en febrero de 2009
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