Oda al Rodney

Frente al cementerio los árboles practican

la respiración larga,

los escucho y respiro.

Los brazos desnudos mañana recordarán

este frío de champán dulce en la vereda.

A lo lejos un borracho habla solo

bajo los faroles estridentes

y la garúa es una bola sólida

tambaleando con el viento.

El sonido está en mi mente,

es cinematográfico

y las negras las marca el pecho.

Suben los títulos,

los esqueletos salen de su tumba,

respiran, cruzan la calle, transmutan,

te piden un cigarro.

Una invasión de thriller por la noche

me da un saque, están viniendo

y los miro por la ventana

con ojos en remolinos, aun respirando.

***

Comentarios

Pablo dijo…
bello, julia, linda cadencia...
Julia dijo…
Gracias, Pablo. Son las noches en remolinos frente al cementerio. Beso!