Una editorial del corazón

Ella me dijo que yo era periodista de incoherencias
por eso hago justicia de su exabrupto
y escribo una editorial del corazón.
Un corazón que no siente amor,
que sí está roto y bloqueado.
Un corazón que tuvo un soplo
y ahora el aire que tiene es el de la distancia,
el de las señales de humo de tabaco.
Corazoncito gastado y viejo que hace su trabajo
sin dar demasiado trabajo.
No hay palpitaciones, no hay taquicardia
pero es como una mamá en piyamas
que anda por la casa y estática,
no hace más que mirar la hora.

(Continuará)

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