24 de marzo

Los chicos de Militancia Kreativa me pidieron que escriba qué significa la dictadura para mí. He aquí unas palabras improvisadas:

“Cuando empezó la dictadura, La Plata estaba heavy. Era un caldo de pibes frescos, limpios de la mierda del día a día. Cabezas nuevas. Y nada de conformarse con la bosta que se imponía. La Plata era la ciudad de los estudiantes que venían del interior con sus acentos extraños, con la hache no tan muda, con las encomiendas de la vieja en Retiro”, escribí en mi cuento inédito “Fotito”. La dictadura fue (y es) la aniquilación de una generación entera de personas que podrían haberlo hecho bien. Hay que tener amor para pensar en una revolución. Pero, pensamientos altruistas: al río! Amor e igualdad: al paredón! Trabajo social: picana! Soy hija huérfana de las ideas que la dictadura quiso callar y éste un tema recurrente desde siempre en mi casa, ya que mis padres fueron perseguidos y aun hoy nos preguntamos por qué estamos vivos. Se fueron de La Plata, abandonaron sus carreras y durmieron de acá para allá con sus dos bebés a cuestas. Desde chiquita leía las poesías que mi madre escribía a sus compañeros desaparecidos sin poder entender por qué no estaban más. También percibo la culpa de mis viejos por haber salido vivos. ¿Por qué ellos, si también eran militantes? La dictadura fue una etapa de miedo constante, que no viví, pero que al leer el Nunca Más y ver a Las Abuelas en cada acto y todo lo que tenga que ver con este tema, se hace evidente en mi corazón. Escribo, hablo y respiro a través de esta terrible marca que es para todos nosotros y nosotras la dictadura. Es casi un desafío imposible remontarlo, por eso tiene que exisitir la memoria siempre, y no sólo los 24 de marzo.

***

Comentarios

Makuni dijo…
terrible marca.
memoria siempre.