Lavanda

Hace días que quería decirte
que la planta que creció
al lado de la otra que dejó
tu hermana, es lavanda.

Lo supe cuando fui a buscar
la computadora al centro.
El service estaba allá
y no había otra opción que ir al centro.
Sobre Córdoba me acerqué a un puesto
de flores donde había unos cactus.
¡Adoro los cactus!
Me acerqué sólo a mirar,
aunque no salían muy caros,
pero plata para gastar en cactus, no.
Pregunté el precio,
y el señor que vendía
me dijo: quince pesos.
Y seguí mirando,
hasta que detecté unas que
me parecieron hierva buena
¿Éstas cómo se llaman?, le pregunté al señor
y me dijo: lavanda.
Y una vez revelado el misterio de tu planta,
volé del centro.

Parece que elijo los días para ir al centro,
porque el viernes estaba horrible de verdad.
A las cinco de la tarde, el cielo estaba
como si fueran las ocho de la noche.
Y nada, eso.
Era lavanda nomás.
Es que si no lo escribía, me olvidaba.

***

Comentarios

Pablo dijo…
lavá y anda.