La metamorfosis de Julia *

Todos los perros del mundo ladraron a las 6.36,
estaban anunciando un desastre ambiental.
Los escuché y desde entonces no pude dormir.
Estoy conectada con todos los seres que no son personas
y cuando se comunican entre ellos, los oigo.
Pero éste es mi mundo,
tan rígido,
donde no siento nada,
que quisiera transformarme en perro.
Me envuelvo en una manta de lana
aunque escapar del frío de la madrugada es una misión helénica.
La computadora huele a motor,
y un vaso de agua ayuda al malestar,
relajando el estómago por donde suben las arcadas.
A mi izquierda,
la cortina liviana se mueve por el viento
detrás de la bisagra detrás de la persiana cerrada
detrás del anuncio de los perros,
y trasluce una ranura de plantas de tierra oscura,
y un pulmón de manzana empapado por el desastre climático.
El estómago relajado remueve las nulas emociones.
No siento nada, sólo un bloqueo de cuerpo muerto,
enroscado en el piso, mordiéndose la cola, las patas,
y mi amo que no se levanta.

* Otro posible título sería: Laberinto sin Bowie.

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