Ayer te quemaste la lengua y yo después me quemé el dedo.
Por la tarde fui a hacer una nota,
de ésas en las que hay que estar,
ir y venir, mirar, hablar, convertirse en vereda.
No hacía demasiado calor pero yo volví a casa con el pelo atado.
¿Qué nos estará queriendo decir el fuego?
Por las dudas, a la noche hicimos el amor.

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