Días de Marabierta

Estos días tuve la suerte de ver cuatro veces el comienzo de Dos días en Paris. Primero empecé a verla sola. Después con mi suegra. Después se sumó mi novio. Digamos que la vi cuatro veces hasta la mitad. Y solo una hasta el final. Así son los días en casa cuando llega mi suegra: saltamos de una cosa a la otra. De un tema de conversación a otro. De la cerveza al vino, de los mates en casa a las cenas afuera, y de Vox Dei a José González o Cat Power. Y las compras. Días saltarines de chispas e ideas, cambios y viajes, con el espíritu femenino de la tienda roja. Mi novio dice que se enamoró de mí porque tengo algo de la personalidad de su madre. Ese costado saltarín, "porque son las dos alegres", me dijo un día. "¿Será por eso que te gusta tanto el sexo?", se preguntaba. Yo, lejos de ofenderme por el comentario, me sentí halagada. Porque mi suegra es una de las personas más lindas que conozco. Y, dentro de toda esa obsesión de las madres para con el hijo varón, ella se queda con el existencialismo. Dejar ser libres para evitar el propio encierro.

***

Comentarios

Franck dijo…
Hola que tal navegando por la red encontré tu blog y me pareció muy interesante la verdad me encantaría que intercambiáramos links con unas paginas que tengo. si lo deseas por favor me escribes estaría encantado que formes parte de mis blogs.

muchos saludos y éxitos


Franck
contacto: rogernad08@gmail.com