¿El amor es un estado mental?

No te creo que todo sea mental

Se fue
y toda la tristeza que me provoca su ida,
a la vez me hace sonreír.
Porque quiere decir
que lo estoy sintiendo
y que el amor a veces
excede la construcción racional.

*

Yo no sé qué hacer con la desidia. Me siento, escribo dos líneas que no me interesan. No pienso nada. Nada me conmueve. Pienso que me gustaría ser fotógrafa para no sentir la obligación de tener que narrar algo mediante palabras. Si hay imágenes que lo dicen todo sin necesidad de epígrafes. ¿Para qué voy a hablar? ¿Por qué ser periodista, poeta o lo que mierda se supone que se es? Las veces que pienso en cosas estoy muy lejos de querer escribirlas. Estoy en la cama, lejos del papel y la birome. Y la desidia me gana porque es la hora de dormir. Estoy domesticada, por eso me quedo en la cama. Es la hora de dormir, no me voy a levantar a escribir. Ya mismo, ahora, quiero tomar vino, fumar un poco de esa pipa. Pero es tarde ya. Quiero que mañana haya sol de nuevo, para sentirlo en la cara. Sentirme bien, sentirme linda, con ideas y pensamientos. Sentarme en el bondi, abrir el libro y estornudar si tengo ganas. Llevar el libro en la mano, pasearlo, como me gusta a mí. Caminar y mirar los árboles y el cielo celeste desteñido. Volver a casa y pensar en la obligación de escribir porque tengo tiempo, porque no tengo cámara de fotos. Y las palabras se encuentran, se chocan, aplastan y no dicen nada. Yo no digo nada.

*

Perfect strangers

Aunque no te des cuenta
estamos conectados.
desde el momento en que los dos
nos sentimos solos al mismo tiempo.
¿Ves que estamos así?
Sin hablar nos comunicamos
desde el vacío.
Y escribirte me da la posibilidad
de hablarte sin que me retruques.
Tu coherencia mental me paraliza.
Dejame así, con la idea romántica de que
estamos conectados en dos islas distintas,
sintiendo los dos la misma cosa,
sintiendo cada uno por su parte
esta distancia que nos hace extraños.

*

No estoy sola pero siempre fui solitaria,
que es lo mismo que decir egoísta.
Porque si no necesito a nadie, me vuelvo intocable.
Me pateo el hígado y nadie entra.
Soy capaz de desaparecer
y me quedo tan invisible que cuando
conecto con alguien puedo quedarme horas en ese estado.
Horas gregorianas hablando
y viendo otros ojos que no sean los míos.
Quiero caer en las manos de alguien,
de otro que me aparte del solitario
y kilométrico estado de súper yo.
No estoy sola pero me gusta desaparecer
y enamorarme de mí.
Para eso necesito rodearme de buena gente
que sepa esperar mi regreso.
Tal vez yo sea el paisaje que más me atrapa.
Siempre aparece algo nuevo.
Porque no me da miedo meterme de lleno
porque nada malo me puede pasar.
Soy la selva más amistosa.
y estoy acá, queriendo abrazar a todos
los que me guiñan un ojo y abrazan
por más que yo esté en la quinta selva
custodiada por un perro de tres cabezas.
En el séptimo cielo quemo un yo.
Otro yo.
Cada tanto me encuentro ahí dentro,
de espaldas mirando el nacimiento anaranjado.
Y cuando me sacudo un poco el fuego,
los abrazo y los reconozco.
Vuelvo, acá estoy.
Los quiero tanto, no se quemen.

***

Comentarios

poesía visual, es lo que se viene!
buen año!
Sophie dijo…
Hola¡

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La Criatura dijo…
qué bueno que seguis escribiendo
Aíta dijo…
Me encantó!
GC es un grande dijo…
yo daria cualquier cosa por escribir...besos
jule dijo…
¡sí!
el último me pareció excelente, julia. además de una clara identificación, es verdad..
te mando un abrazo flameante
Pablo dijo…
Me encantó el cierre del poema.
No se, me pinto y pase, viste?

Esto fue el año pasado... Y ahora?

Besos besos