No morirán aún

Huele a jazmines de más de cinco días en agua.
Si ves que está lloviendo, no pongas la música al palo.
Menos si es reguetón.
Porque lo lindo de la lluvia es escucharla.
Ni hablar si la ventana está sobre la cabecera de la cama y el comportamiento de las sábanas es agradable.
No pongas música al palo porque acá todos vivimos apilados y yo escucho tu reguetón.
La cajita de zapatos que me alberga queda en el segundo piso y la ventana siempre está abierta.
La menta se pone grande y en los días más calurosos las hojas miran la tierra.
Con el frío, la menta insiste y se repone hasta ser una Señora Menta.
Más fresca que un beldent azul.
Reparto mi amor en dosis iguales entre los seres vivos que me complace amar.
Estas plantas no eligieron estar en un balcón con siete balcones más sobre sus corolas.
En esta prisión reverencian -como pueden- a la energía solar y absorben el verde fotosíntesis.
Y yo, lo menos que puedo hacer, es amarlas.
Cuidarlas.
Compartir los metros de mi cajita apilada sobre otras.
Entonces no van a morir mientras yo tampoco lo haga.

***

Comentarios

Pablo dijo…
Aaah, las plantas. Las queremos mucho a las plantas. Las cuidamos.
Qué lindo cuidarlas.
GC es un grande dijo…
me encantó, me dio ternura...

saluditos
La Criatura dijo…
me matan limón, hijueputas limón
Julia dijo…
Las queremos, claro que sí. Nos dan vida y nos alegran.
Anónimo dijo…
la lluvia es linda pero de a poco... este finde llovio a cada rato y ya me esta cansando el encierro!...

hola juliaaa tanto tiempoooo