Dejé la puerta abierta del baño. Acerqué la estufa eléctrica y los parlantes. Abrí la ducha, previo paso por el calefón para subirlo al tope. Y hasta que no se llenó de vapor, no me metí. Necesitaba confiar en que todo estaría en la temperatura ideal. Agua caliente más estufa más Ok Computer, te juro que fue lo mejor que me pasó en el día. Me metí en el tema dos y alargué esos minutos como pude. Pero el cuatro entró en el baño como una maldición de humo apocalíptico y barrió con todo. No sé si las paredes funcionaron como un embudo de eco o qué, pero Let down me dejó estúpida y alada. Y el agua caliente y la estufa ahí, llenando de dibujos el espejo. Y yo acá, aguantando la música.
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