Meditación

La profesora nos dijo que relajáramos cada parte del cuerpo empezando por los dedos de los pies. Y estoy segura de que antes de llegar a relajar el abdomen, yo ya estaba en una nebulosa. Caí en una neblina espesa que me pareció eterna. Una vez arriba, me costó volver, porque no era conciente que de verdad estaba arriba. De verdad estaba en paz y liviana. Pasada dicha eternidad, el cuerpo se fue despertando y mi cabeza volvió a tener autonomía. Estos son los placeres de la pobreza y del yoga, me dije antes de ponerme las zapatillas y dar las gracias.

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Comentarios

q bueno ju!
te felicito! q hermoso
annie dijo…
A mi siempre me pasa que en la relajación final de yoga, entro en una especie de trance! Ni despierta ni dormida, en un estado muy particular... consciente pero no...

qué bueno!

Un saludo Julia!
Julia dijo…
Es la hermosa liviandad de flotar! Hagan yoga! Besos, chicas!
Bruja dijo…
es como una sensación de plenitud, de paz, sin apremios de tiempo, sin pensar nada.
qué lindo! qué cierto.

un beso!
Julia dijo…
Hola Bruja. =)