En el pasto soy very very obediente

Me piden que escriba y yo soy flexible como un junco y complaciente como una puta.

Mi amigo Lu Fernández presentó ayer su libro de poesías, Hormiga blanca, por segunda vez. La primera fue en Bartolomeo y su editora Cristina se deshizo en elogios entre vasos de agua y sendos nervios del autor. Fue precioso y emotivo. Y ayer fue la segunda presentación en Espacio Ambú, el estudio de grabación con más onda que vi en mi vida. Los anfitriones de Ambú son amigos, Marce y Karen, una hermosa pareja que parecen sacados de otra época, y ponen el amor al servicio de sus amigos. Ambú tiene un jardín que invita al hipponeo. Y así lo hicimos, nos desparramamos por el pasto a beber las formas de las nubes, tomamos unos mates que te daban a cambio del bono contribución de la entrada y hablamos con los amigos de siempre y otros nuevos. Pero a esto iba yo: al honor de participar en la lectura de Ambú, con música de dijeridoo de fondo y con mi amigo Lu y Cristina, su editora, compartiendo la mesa. Yo elegí tres poesías de Lu, dos de las cuales hablan de la madre. Elegí ésas, uno, porque nunca podré desentrañar los misterios de esa relación; dos porque no soy madre y nunca podré entender a las madres; tres, porque me llena de misterio la respuesta a la pregunta de por qué las mujeres quieren ser madres; cuatro, porque ser hija de una madre ausente es feo; y cinco, porque creo que las madres son tan grossas que se bancan que uno las bardee en sus escritos. Como que ellas todo lo entienden y uno, acá, energúmeno, sin poder entender y poniendo tantas excusas. La tercera poesía que elegí fue una en la que Lu hablaba en tercera persona de Luciano, o sea de él. Y era su propio yo que se desprendía y lo miraba desde afuera mientras él escribía. Me pareció maravilloso lo que el otro yo de Lu veía desde afuera. Leyendo me sentí muy bien, sobre todo porque cuando Lu me contó que iba a publicar un libro, flasheé. Y me llené de orgullo cuando me mandó el archivo .rar para leer el libro antes de publicarlo. Él quería saber mi opinión. Ni bien lo leí, le hablé por el messenger que siempre tiene desconectado. Así que le dejé mis impresiones al Lu (valle botánico) desconectado y seguí en la mía. Entonces ayer leí y fue genial. Los que estaban en el pasto, a la hora mágica, escucharon. La editora de Lu me pidió que leyera un par más y yo, con mi lengua veloz pisando el freno todo el tiempo, accedí como buena puta que soy. Me sentí muy bien, lo digo de nuevo, porque es la verdad. Y encima las poesías de Lu me pueden. El Purre grabó todo con su cámara. Por suerte tiene esa cámara, porque la lleva a todos lados y en cuanto desaparece un minuto (no es difícil de divisarlo porque siempre está rebotando por todos lados), lo ves que está por allá con el ojo pegado al lente. Después, vino la jam sessions de garrahands (unos instrumentos de percusión que crearon Ary y Fede y que ahora los hicieron eléctricos y suenan re guau) y dijeridoos. Todos los que van a Ambú saben hacer algo. El que no es músico, es pintor, escritor, peregrino o cocinero y el que no, al menos es gracioso. Así que la hipponeada se trasladó a la alfombra que oficia de escenario. Marce esparció accesorios de percusión, más algunas guitarras y comenzó la música que siete u ocho ofrecieron a los que respirábamos luz. Vi el sol y el calor girar. Me puse un abrigo más, llegaron otros amigos, tomé una cerveza, Seba estaba entre los que hacían música. Después vino, agarró mi mano pequeña con la suya grandota, comimos unas pizzetas en la barra y volvimos en tren a casa. Pinta que los domingos en Ambú serán un plan seguro para el verano. Porque al menos el que no es músico, es pintor o escritor, peregrino o cocinero, por lo que siempre habrá algo para hacer.

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Comentarios

qué linda crónica, julita!
qué hermosa la poesía, la jipeada, el placer de leer cosas lindas y poder compartirlas con los demás... gracias!
Franky dijo…
Parece un lindo plan!
Julia dijo…
Gracias, Ce! Uno de estos domingos vas a venir conmigo. Lo prometo!

Si, claro, si te gusta atardecer en el pasto like me... Saludos, Franky!
Paz Tyche dijo…
qué lindo, Julia. Un beso!
Julia dijo…
Sí, es muy lindo. Gracias, Paz y un beso!