Ella se anotó en el CBC, puntual, en la primera inscripción. Eligió turno noche para trabajar de día. Su papá es abogado y vive en Palermo. No le pasa mucha atención a Ella porque tiene otra hija que tuvo con una mujer rica de la que también se separó ni bien nació la bebé. Él siempre está esperando que llegue su hijita, la otra, la de la mujer rica. Feliz, le compra figuritas y helados, pero se cuida de decir malas palabras delante de la chiquita, temeroso por las represalias de su ex mujer, que es una déspota de las de antes. Ella se da cuenta de estas diferencias, pero no se enoja. La resignación del que no se enoja no tiene parangón. Es automático: Ella llega al departamento del papá y a él le cambian la cara y el registro de la voz. Ella mira el piso, encoge su cuerpo de mujer y me dice en voz baja no voy a venir más acá. Yo salgo en su defensa, le acaricio el pelo, le doy un beso y redoblo la dulzura. Le digo loco, tratala bien. ¿Yo te trato mal?, le pregunta a Ella, y enseguida despliega su impune carácter de abogado dandy y todo se transforma en minutos lungos de falsedad. Lo peor es cuando no estoy yo para salir en su defensa. Ahí no los ve nadie y a veces se putean sin desperdicio.
***
Comentarios
Saludos.
Hola amigo Jeru!
Ojaral: Creo que la naturaleza de Ella y la Nati son bien distintas, por lo que veo un futuro distinto. Si bien es opresivo, no creo que sea marginal. Gracias y hola!
Franky: Gracias! Qué gracioso que saludes a Jeru, jaja.