El templo del plop!

Si el Estadio Obras devino en Pepsi Music y nadie dijo nada, ¿por qué no iría a convertirse en el templo del pop de la mano de Miranda!? El rock no vive más allí, y como todo cambia, no está mal hacer un poquito de lugar para globos y vinchas de colores. En la era de la liviandad, con Cromañón a lo lejos y hace tiempo, Obras se viste de carteles con las marcas que auspician las cataratas de canciones radiales y un olor irresistible a chicle de tutti fruti. En el ex Obras también hay enanos (y no justamente los de Nave Jungla) que no superan el metro y medio; los nuevos fans de Miranda! que escucharán durante una hora y media, los hits compilados en el nuevo disco El templo del pop.

Sobre la Avenida Libertador se palpita la previa de lo que será una noche de alegría, brillantina y falsete. Cinco sub doce engalanadas de brillos lanzan grititos eufóricos y dicen whisky a la vez. Se abrazan y les piden a algunos de los simpáticos bailarines del Club 69 en la puerta del estadio, que posen con ellos. “Cómo no”, dicen, y sonríen abrazados para una foto que quedará por siempre en los discos rígidos. Por la misma Libertador, reconocidos periodistas de rock caminan de la mano con sus niños, buscan sus acreditaciones y entran en busca de pop. Una notera del canal Encuentro hace encuestas al público en la puerta del estadio y le propone participar a esta cronista para un programa de Gastón Pauls que se emitirá en el futuro. Una vez aclarado el asunto, se excusa y sigue en busca de los verdaderos teenagers.

“Yo era la reina del foro de Miranda! ni bien salió Es mentira”, dice una chica de flequillo que roza los treinta de acá a la China. Y vaya a saber uno por qué, es perfectamente creíble su afirmación. “Bajó el nivel de producción del público”, dice la reina y remata con que ahora se parecen más a Patito Feo que a aquellos andróginos hermosos de la primera hora. Una vez adentro, las cámaras hacen un paneo cenital sobre el campo y los gritos son menos demoledores que las ansias de los chicos por ser filmados. No es casual que Highway to Hell de AC/DC anteceda a Yo te diré, el primer tema de los Miranda!, que salen lookeados para la ocasión y en acorde sintonía con la escenografía del escenario y los instrumentos, que en algunos pasajes se iluminarán como un árbol de navidad. Los hits se agolpan uno tras otro: Bailarina, Enamorada, Déjame, Imán, Agua y la coreografía pertinente. Ellos bailan en el escenario y reciben la energía jovial del público que los baña de sudor. Y es por este motivo que no se puede pasar al backstage a hablar con ellos, porque no quieren que se los vea transpirados y con el maquillaje corrido. Tal vez sea mejor conservar la magia, aunque en el sexto tema Ale Sergi haya revoleado el sombrero de cowboy y el último botón prendido de la camisa fuxia le llegue al ombligo. Lo mismo pregunta canchero: “Buenos Aires, ¿vas a jugar conmigo esta noche este juego que se llama Miranda?”. Serán las únicas palabras de la noche que se salgan del libreto, el cual sigue con Vete de aquí, Tu juego, Hola, Don. Y la guitarra de Lolo (en clara caricatura T-Rexiana), hace lo suyo. Cachorro López baila entre los floguers. Y hablando de floguers, pasa Cumbio, el más popular de ellos, que encabeza una fila de tres chic@s más, llevando soberbi@ la delantera a pesar de su figura retacona. Un grupito de chicas con stickers pegados en la frente en donde escriben el nombre de su fotolog, se le acerca a un chico lindo que sigue el recital lo más concentrado. “Somos re fanáticas tuyas”, le dicen agudas, y lo besuquean. Él se deja y luego sigue bailando en su lugar. La reina del foro mira de reojo y se pregunta quién será el actorcito.

Llega el intervalo de la mano de Dj Deró que hace su set, mientras la compañía de bailarines del Club 69 encabezada por la Cacho, le pone movimiento al escenario. Mientras tanto, entre el público reparten unos palitos fosforescentes para agitar y colorear el ambiente. Es entonces cuando no quedan dudas: el ex Obras y el templo del pop es la misma cosa. Vuelve Miranda! al escenario luego de un cambio de vestuario y hay versiones de sus canciones en cumbia, sigue el pop y además (tan en boga en la televisión), un repaso/resumen de los temas que tocaron a lo largo del show, pero en versión remix. Ahora sí se despide Miranda!, triunfal, en medio de una explosión de papelitos metalizados y los chillidos adolescentes. No hay bises, sólo un montón de palitos fosforescentes desparramados por el piso. Y chicos que salen excitados al encuentro de sus padres.

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Comentarios

Anónimo dijo…
qué hacía Cachorro López ahí??
franko dijo…
Espero que el calentamiento global nos lleve a todos pronto
Julia dijo…
Ema: Cachorro López es / era el productor de Miranda, además creo que había una hijita floger bailando entre otras niñas con vinchas.

Franko: No te me pongas apocalíptico que ese tema me tiene mal!!! Soy lo que se dice una negadora. Beso grande!
"roza los 30 de acá a la China"
PERO QUÉ HIJA DE PUTA!
Julia dijo…
Es que tenía que redondear, era muy largo poner "dieciocho para diecinueve", muy rebuscado. Entendés, Ceso?
Ariel Gulluni dijo…
que reseña! (no es crónica no?)
Franky dijo…
Yo ya no voy a recitales donde no tengo o una mesa para apoyar mi cerveza o una barra para apoyar mi codo. Si no, me duele mucho la espalda. Pero si, siempre me sorprendió que la gente llame a obras el "estadio pepsi music". Cualquiera.
Mariana dijo…
perdon, me parece que ese recital fue en junio. Yo iba a ir y mi hermana festejo su cumpleaños ese dia y en otro punto muy distante de la ciudad... me quede con las ganas, desde hace un par de años que no me pierdo sus recitales. Y si, tengo 25/26 pero me encantan!

Ah! recomiendo a la gente que escuche otros temas menos comercializados porque estan buenos, en lo que a mi respecta temas como "Enamorada" son un desastre.