El disco que nunca acabará

Salteando de canción en canción

no quiero nada uniforme,

un poco de esto y tal vez un poco más.

Me gustan los sonidos clásicos.

Al final, resulté ser una chica clásica.

No quiero poner el disco entero,

nomás una parte,

una canción solita,

Y basta.

Es como pisar las piedras en la cascada.

El laguito que recibe el agua tiene piedras

que facilitan el desplazamiento.

Porque sobre el agua

no se puede caminar,

sólo nadar,

y la profundidad del lago

es más bien superficial.

El musgo que envuelve las piedras es como la baba,

resbaloso y traicionero.

Que a su vez es como un disco que no elegís,

o un disco que elegís,

bajás y sólo rescatás una canción.

Es un disco destinado al olvido

y esa sola canción la buscás nomás en el reproductor.

Y después de un tiempo lo hacés a un lado,

simplemente porque no pertenece a la lista

de discos escuchables del principio al fin.

Es un disco que nunca acabará,

por más que te esfuerces en estimularlo.

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