Se me ocurre ponerme porno.
No es un mal momento, porque estoy sola.
Y yo sola y el porno podemos hacer muchas y buenas cosas.
Pero en vez de eso, que sólo es una ocurrencia,
me voy volando, derrapando hacia el colchón,
calentito,
que no es lo mismo que porno,
y me protege del frío.
Hay un libro encima de las frazadas,
lo abrazo, me encanta.
Hoy superé la siesta del subte y lo leí,
lo leí, lo leí.
Es porno, es sucio, es perfecto para mí.
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