Las ganas de partir

Lo mejor es la noche,

un segundo antes de entrar en el sueño,

un segundo antes de apagar la luz.

Los ojos entran por los ojos y las cabezas se unen.

Las manitos se acomodan debajo de los cachetes,

cerca de las orejas.

Los codos se chocan con dureza de codos.

Estamos acá, plasticola en las frentes.

Un último beso.

- Chau, amorcito.

- Chau, amor.

Los cuerpos están enfrentados y los pensamientos saltan.


Desaparezco de esta cama.


Luego, él viene, golpea con viento mi persiana blanda,

que cede en vaivén de bares.

Así volvemos a juntarnos entre luces raras,

ajenas al mundo,

viajamos en los trenes tomando helados de otro continente.

Hasta despertarnos,

cuando la ventana, la tele y sus ojos me miran.

***

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