Basta de taxis

Me embola cuando los tacheros te llevan a dos por hora. De vez en cuando me asomo para ver si es que hay una cola de autos delante. Pero no. Van despacio porque les place. Y yo miro de vez en cuando el contador, donde las fichas caen a rolete. Me dan ganas de decirle por qué no te apuras. Pero no lo hago. La vez que sugerí eso, el chofer aceleró tanto que casi nos estrellamos en todas las esquinas. Y yo bajé escupiendo el corazón. Entonces lo único que me queda es dejar que el tachero pasee. Sólo me queda inflar los agujeros de la nariz y seguir mirando de reojo el contador.

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Señorita Jekyll:

No es que esté pendiente de vos, pero vos sí lo estás de mi, entonces me das el poder para atacarte. Es fácil cuando estás con la guardia baja. Ahí entro en acción y te desestablizo por días que te obligan a quedarte encerrada. No basta tener cara de nena buena, sos mala. Estoy en vos, estoy acá.

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