No puedo esconder mi amor. Algo me molesta en la pestaña mojada. Kuki del otro lado del mar y de la camarita me tira besos y me consuela porque yo me emociono. ¡Cómo quisiera abrazarte Kuki de mi corazón! Tenerte entre mis brazos débiles y saltar así. Como cuando éramos chicas. Hacer ruido. Mucho. Y reír, reír, hasta que nos retaran por ruidosas. Quedarnos del otro lado de la puerta de la abuela. Al sol, con calor y hambre, pero sin sueño. Llevando las mallas al baño, cambiarnos en un segundo y salir caminando. Sucias y al sol. Cuando éramos chicas no decíamos traje de baño, eran mallas, enteras y simples. Voy a seguir con estas cosas, mis cosas, de las que ya no estás cerca. Tengo que ir al diario, pero me gustaría volar a Bélgica y sentarme con vos por un segundo en la tierra.