Peronistas

Tomo prestado el título de mi colega, porque la otra noche, cenando con Ana, el Pelu y Nico, recordé que yo cantaba la marcha peronista mientras mi viejo me bañaba. Me vino el recuerdo como un rayo: yo parada en el inodoro, para que mi viejo no tuviera que agacharse tanto, él secándome el pelo, y cantando los dos la marchita. Porque él tenía un casette de Hugo del Carril que la incluía y a mí me encantaba, entonces, de tanto leer la letra y escucharlo, me la había aprendido. Me encantaba cantarla. Ahora, ya de grande, supongo que mi viejo se moría con el dúo.

(Mi viejo también cantaba como Javier Martínez, lo imitaba: No pibe ée. Ése era su orgullo).


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