Mujer ciega y salvaje

Un mediodía como cualquiera, caminaba sin más, distraída, echándole el ojo al cielo, a los árboles, a los adoquines, al celular. Recordé que hacía unos minutos mi amiga me había soplado que el libro de cuentos, Sauce ciego, mujer dormida, de Murakami ya estaba, que ella lo había comprado esta mañana en Cabildo. Yo iba por Superí, donde justo hay una librería que me encanta porque parece mi cuarto, todos los libros están desordenados, en el piso, y el viejo que atiende no te jode si te quedás una hora leyendo. Además es siempre el mismo, por lo que me da una confianza familiar toquetear todo. El olor de esa librería no tiene igual. Posta. Entonces entré, como cualquier mediodía que vengo caminando por Superí, y le pregunté si lo tenía. Me dijo que no, que no estaba enterado siquiera, por lo que le conté los detalles del libro. Le dije cómo se llamaba, de qué se trataba, cuántas páginas tenía. El viejo anotó todo en un papel, incluso mi teléfono y mi nombre. Cuando lo tenga, te llamo, me dijo, creo que esta semana ya lo tendré. Me fui contenta de la librería, ya no necesitaba mirar otros libros, ni husmear novedades. Pero ni bien salí pensé que lo quería ya, ahora, y que no iba a esperar a que el viejo me avisara. Caminé hasta Elcano diciendo para mis adentros si sale menos de cincuenta lo compro hoy. Si sale menos de cincuenta lo compro hoy. La llamé por teléfono a mi amiga y le pregunté cuánto le había salido. Cuarenta y nueve, me dice. Sonreí y me fui a mi casa a comer con la fantasía que dentro de unas horas estaría leyéndolo. Al día siguiente me fui a caminar por Santa Fe y entré en Distal. Engañé al viejo de la librería de mi barrio. Como sea, él jamás me llamó, no creo que no haya traído el nuevo de cuentos de Murakami, sino, más bien pienso que le chupó un huevo mi fanatismo.

Ahora, casi leí todos los cuentos y no me parecen guau. Prefiero las novelas toda la vida. Mi amiga también me dijo que La caza del carnero salvaje está reeditado. Ella lo compró y está esperando terminar el de cuentos para arrancar con el otro. Pero ése sale más de cincuenta. Ya veremos.



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