Confusión de mi vida tan vacía.

Siento una profunda resaca.
Y no hay razón para que esto suceda.
Me duele la cabeza, ando despacio, me cuesta sonreír.
Pero no bebo desde hace.
No recuerdo. Cinco días. Cuatro, ni sé.
No debería sentirme así.

Me armé un Myspace y los amigos en común que tengo con algunos que me agregan, es sólo Tom. A Tom tengo ganas de eliminarlo. Él me hizo la segunda al principio, pero ahora ya está. Aunque pienso que no debería ser así, de usar a las personas y descartarlas. Pero a veces lo hago. ¿Soy mala por eso? Pienso que es parte del egoísmo. Cuando entro en la odiosa sinfonía de soledad, suelo descartar a las personas. No pasa seguido, pero pasa. Entonces tal vez lo que hoy tenga no sea resaca, sino síntoma de asquerosa soledad. No quiero, no quiero.

No quiero.

Cuando las cosas mejoran, como explicarlo, por ejemplo, cuando el sexo mejora, o cambiás de pareja y el sexo mejora, es distinto, ¿se puede volver adictivo? Es como cuando te dan algo mejor, y te encanta, no querés que después te lo saquen. Al contrario, es cada vez más rico y las cosas ricas nos gustan. Tiene lógica lo que digo. ¿Pero qué pasa cuando ya te lo sacaron antes? ¿Hay que volver a tomarlo, disfrutando del presente y cuando me lo vuelvan a sacar, vuelver a llorar como una nena? No sé. Cuando las cosas mejoran no hay que tener miedo. Esto lo repito para mis adentros, pero no quiero que mejoren, empeoren, me lo saquen, una vez más.

La entrega,
¿es real?,
¿puedo confiar?
Tus ojos.
Si se van
que se vayan,
no voy a mirar otra vez.

Quiero que me des caramelos por un tiempo más. Dejalos acá, en mi mesita de luz.

Comentarios