Cementerio Club

(¿Por qué se sienta al lado mío si está todo el colectivo vacío? Encima se largó a llover, así no voy a llegar nunca. A ver, me dijo Honduras al 5500. Honduras y... ¿Fitz Roy? No, cualquiera. Ah, sí, Fitz Roy. Acá, me deja justo a tres cuadras. Bueno, las tendré que correr porque tres cuadras a las 3 de la mañana no me causa mucho. Encima llueve, la puta madre. ¿Qué le pasa a este pibe? ¿Por qué me mira así?)

- Qué buscás en la Guía T?
- Nada
- ¿Querés que te acompañe a algún lugar?
- (Qué olor a escabio que tiene este pibe. Fernet. Puedo catarlo) No, gracias.
(Pero qué forro, qué carajo quiere? ¿Por qué no se sienta en otro lado? A ver... ah, pero ya me falta poco).
- ¿Me prestás la guía?
- (Ni en pedo, me estás cargando?) Tomá.
- Gracias.
- ...

(Ufa, cada vez llueve más fuerte. ¿A ver? Es acá. Seguro que las chicas ya llegaron. 3 y cuarto, todo bien.)

He aquí la fiesta. Estaban todos descocados y yo solo quería encontrar la torta para saciar mi gula. En eso encuentro a mi amigo, el del cumpleaños, y le saco la chocotorta de la mano. Me quedo comiendo sola en un rincón. Los hombres me miran, me quieren tomar. Se acercan, me hablan. Pero me aburro, no quiero fumar, no quiero beber. Subo al taxi, los hombres me miran, me quieren tomar. Pero yo nada más quiero estar así de sola.