Corso e recorso

1.
Bueno.
Vuelve, vuelve, vuelve.
Algunas cosas siempre vuelven, las que no se pueden evitar, las que te tiran con fuerzas para su lado y vos ahí. Entonces no hay opción. Algunas vueltas son un flash y esta me devolverá otra imagen de mi espejo interior.

2.
"¿No me das una cucharita de esas más largas, así redonditas? Porque siempre se me cae todo el helado", le dije al heladero y me abastecí de suficientes servilletas como para evitar la catástrofe, pero lo mismo me derramé entera mi campera blanca con dulce de leche.

3.
Miramos una casa con ganas de que fuera nuestro estudio e imaginamos situaciones varias, como fiestas, etc. A lo que respondí que yo no viviría en esa casa, sino en la de enfrente. ¿Otra vez comunidad y fiestas? No.

4.
También descubrimos un restorán al que habíamos ido un día caluroso del año pasado luego de una feria de fanzines y que ahora estaba totalmente rediseñado y hermoso. También nos dieron ganas de vivir ahí, porque se veía un patiecito de lo más lindo. Ceso dijo que ahora que venía el verano se iba a quedar tomando birra toda la tarde. El patiecito daba para eso.

5.
Como siempre, Tomás se fue al baño y aprovechamos para hablar "cosas de mujeres", pero cuando vino, seguimos hablando de lo mismo. A Tomás no le molesta. Creo que las cosas de mujeres cada vez molestan menos. Siempre y cuando no sean tema de conversación de todo un día.

6.
Foto: La última fecha de El Silencio en la que invitamos a tocar a El Mató a un Policía Motorizado. Calorazo en ese sótano abarrotado de gente que bebía como si fuera el año 2012. Gente que "bebíamos".