Lo mejor de los telos es que él te tiene unas ganas bárbaras desde antes de entrar.
Te tiene ganas desde antes de que la frase "y si vamos a un telo" se materialice.
Cruzás la puerta y ya está. Fuiste.
Te tiene ganas desde antes de que la frase "y si vamos a un telo" se materialice.
Cruzás la puerta y ya está. Fuiste.